¿Quién no tiene memoria para agradecer a don JUAN GARCÍA VÁZQUEZ, esos primeros huaraches de cuero?, trabajados por manos artesanales que permitieron recorrer un tramo de vida al caminante.
Recordar las historias que acompañadas de los cacahuates y fruta que vende hasta hoy don FEDERICO SUÁREZ JIMÉNEZ a un costado del mercado se platicaban las niñas que se volvieron mujeres, madres, o abuelas casi sin sentir.
Es el Tuxpan de recuerdos interminables que se derriten en los churros de harina, y frituras que
ofrece desde siempre la FAMILIA MEMBRILA y ha hecho inolvidables las historias de domingos adolecentes de Tuxpan, que en el exilio regresan, como las golondrinas siempre, a buscar su espacio y su verano intermitente.
¿En qué momento ocurrió pues, que nuestros héroes que no alcanzaron pedestal y se volvieron parte de nosotros? tomaron su real investidura y sin tener súper poderes que los distingan de los demás, sus tareas habituales los hicieron parte de nosotros, tanto, que pasan muchas de las veces desapercibidos hasta que solicitamos de su apoyo.
Así ocurre por ejemplo con el señor del tiempo, don JOSÉ LUIS LÓPEZ ALONSO relojero por oficio desde hace más de medio siglo, y ya parte obligada del historial de nuestras vidas atesoradas en los relojes de pulsera o pared, que muchas veces requerimos dejarlos en su resguardo para que pueda darles compostura. O que ocurría en ese entonces con los imprevistos de las fiestas en donde la señora ANTONIA CHÁVEZ ROMERO, “TOÑITA” siempre nos sorprendía sacando de su estuche algún regalo, perfume, maquillaje, producto de belleza o joya con que salir los compromisos sociales o fiestas. O de don JUAN MARTÍNEZ MARÍN conocido como don juan el frutero, del que hay quien asegura convirtió junto con su familia la tradición de venta de frutas en el mercado y su periferia, que nos marcó como generación del Tuxpan mágico de entonces al contemporáneo.
Así como rueda nuestra vida, ruedan las historias que se enlazan al compartirlas con PEDRO MARTINEZ CARDENAS, pedrito el llantero, historias y anécdotas buenas y malas, que quisiéramos remendar como lo hace el en su taller en cuestión de horas, minutos o segundos.
Inevitablemente no se puede dejar pasar en un homenaje como este la aportación hecha por personajes como EUSEBIO RODRÍGUEZ MARÍN conocido como CHEBO, comerciante que desde su Miscelánea ha escrito su propia historia con sus muy peculiares mercaderías.
De Tuxpan, vengo y a Tuxpan voy, recordando lo que somos comprando nopales de VICTORIA HENÁNDEZ MORÁN, que valiente y luchona mantiene la costumbre desde niña de hacer llegar un fruto típico a la mesa de quienes así lo requieren, Y mención aparte sin duda al “Llore niños lloren” que nos evoca a nuestra infancia con sus riquísimas nieves de sabores, elaboradas por sus propias manos, si, estoy hablando de don LUIS ISABELES FLORIAN, quien de este oficio hizo su vida y llenó de sabores y recuerdos a generaciones que identificamos su inconfundible grito.
Los recuerdos más sentidos entran a nuestros oídos gracias al oficio de don ALFONSO SILVA HUERTA “PONCHO el tocadisquero”, ultimo pregonero y quien traslada con su música de discos antiguos, a las épocas por muchos de nosotros añoradas.
Abrámosle las puertas de nuestros sueños, y agradecidos seamos parte de este reconocimiento hecho por su aportación a la vida cotidiana de este hermoso pueblo de Tuxpan.
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Las Imágenes: http://1drv.ms/1ekT7F4
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